Sobre la Defensora

Defensora de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes




Marisa Graham es abogada. Dedicó toda su vida profesional a estudiar y trabajar en temas relacionados con los derechos humanos, en particular, de las niñas, niños, adolescentes y sus familias.

Es profesora de grado y de posgrado en la Universidad de Buenos Aires.

Ocupó varios cargos en los gobiernos de la Provincia de Buenos Aires, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la Nación.

Desde comienzos de 2020, es la Defensora de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes de la República Argentina.

Palabras de la Defensora

En nuestro país existen distintos organismos públicos que asumen la promoción y protección de los derechos de las niñas, niños y adolescentes. La estructura de protección se replica en todos los niveles, nacional, provincial, local, de manera diversa y reconociendo especificidades. El desafío consiste en poner en marcha una institución absolutamente nueva sin desconocer la institucionalidad existente, evitando solapamientos y superposiciones estériles, para avanzar en una articulación virtuosa que permita cumplir acabadamente con el objetivo primordial: garantizar el derecho convencional de niñas, niños y adolescentes.

Más de la mitad de las y los niños por debajo de la línea de pobreza, muchos de los cuales aún hoy sufren hambre y malnutrición, no acceden a una vivienda digna y a agua segura. Ante esta realidad, erradicar el hambre entre niños, niñas y adolescentes y fortalecer las políticas públicas destinadas a las familias más vulnerables es, sin dudarlo, uno de los principales esfuerzos de esta institución.

Haber transitado distintos caminos en el ejercicio de mi profesión y en organizaciones sociales me permite hoy consolidar un nuevo nivel de síntesis. Estamos atravesadas/os por una cultura autoritaria, patriarcal y adultocéntrica, pero podemos decidir no ser parte de ella. Me propongo encarar la búsqueda de consensos, promover el diálogo con todos los sectores y actores involucrados, respetar la diversidad y las múltiples realidades en las que viven las niñas, niños y adolescentes de nuestro país. Y utilizar todas las herramientas de exigibilidad que la Ley 26.061 me otorga.

Trabajar para lograr mayores y mejores estándares de derechos para nuestras niñeces y adolescencias es algo que en este contexto de desigualdad se torna mayúsculo. Ante esta verdad incontrastable a nivel mundial, lo social no tiene respuestas absolutas, se impone la búsqueda de múltiples estrategias creativas, donde la imaginación y valentía juegan un rol fundamental, porque los problemas de nuevo orden conviven con los históricos.

¿Hace cuánto que existe nuestra institución?

La Ley 26.061 de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, que fue sancionada en 2005, crea la figura de la Defensora de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes “con el objeto de velar por la protección y promoción de sus derechos consagrados en la Constitución Nacional, la Convención sobre los Derechos del Niño y las leyes nacionales”. 

El 28 de febrero de 2020, luego de haber atravesado un concurso de oposición y antecedentes que comenzó en 2017, la Defensora juró ante el Senado de la Nación por un período renovable de 5 años.

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