Marisa Graham acompañó la actividad organizada por COPAJU y el IFBC en rechazo al proyecto de baja de la edad de punibilidad.
También participaron del encuentro Gustavo Daniel Moreno, Asesor Tutelar de Cámara y secretario de COPAJU, Stella Maris Martínez, Defensora General de la Nación, Monseñor Gustavo Oscar Carrara, Vicario General del Arzobispado de Buenos Aires, Raúl Zaffaroni, Director del IFBC y Federico Samudio, acompañante par del Hogar de Cristo.
En su intervención, la Defensora sostuvo que: “Es muy difícil legislar sobre un sujeto que no se conoce. Las legisladoras y legisladores no conocen a nuestros adolescentes. No conocen las distintas necesidades y aspiraciones que tienen las chicas y chicos en las diversas regiones de nuestro país”.
Respecto a la iniciativa parlamentaria del Poder Ejecutivo, Marisa Graham hizo hincapié en que “los índices de criminalidad no se bajan con mayor punición, se bajan con mayor inclusión”. En este sentido, desplegó las estadísticas y experiencias inclusivas que lo demuestran a lo largo del país.
Al inicio de su intervención, Gustavo Moreno se preguntó: “Bienvenidos sean los organismos de protección integral pero, ¿cuál es la situación de estos organismos en todo el país?”. A su vez, sostuvo respecto a los organismos de protección integral que “los servicios locales no tienen autoridad para citar a las familias ni pueden hacer los seguimientos correspondientes”.
En su exposición, Stella Maris Martínez se refirió al proyecto de ley de baja de la edad de punibilidadad que envió el Poder Ejecutivo al Congreso y sostuvo que: “El sistema penal es una trampa para cazar niños y con este proyecto de ley no vamos a hacer otra cosa que ampliar esa trampa”. En este sentido, puntualizó que “los medios de comunicación crearon la falsa idea de que la seguridad está en peligro por los delitos que comenten las y los adolescentes menores de 16 años y que si los criminalizamos ese problema se va a solucionar”.
Monseñor Carrara planteó ante las y los presentes que “tenemos la tendencia de buscar un chivo expiatorio para que cargue con todos nuestros males y, en este caso, queremos hacerlo sobre los más chicos. La pregunta que deberíamos hacernos no es qué hacemos con ellos sino con nosotros: los adultos”.
Por último, Zaffaroni resaltó la importancia de que: “no confundamos la baja de responsabilidad de los niños para aplicarles las mismas penas que a los adultos con la baja de procedibilidad. Institucionalizar a un niño siempre es más grave que aplicar esa pena en un adulto”. A su vez, remarcó que: “Antes de imponerle cualquier sanción con el nombre que sea hay que garantizarles un proceso con las garantías convencionales y constitucionales”.
Las y los referentes dieron cierre al encuentro, coincidiendo en que la reforma de la Ley Penal Juvenil debe ser sin bajar la edad de punibilidad y, a la vez, deben fortalecerse los organismos de protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes.