Durante el Encuentro Federal con Organizaciones Territoriales de Niñez y Adolescencia organizado por la Defensoría de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes se realizó el panel Reforma Legislativa: Justicia Juvenil. Disertaron Marisa Graham, Defensora de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes; Mary Beloff, integrante del Comité de los Derechos del Niño de la ONU; y Alejandro Morlachetti, representante de UNICEF Argentina.
En torno a la discusión pública ligada a los anteproyectos que postulan la baja de la edad de punibilidad, Alejandro Morlachetti señaló: “Si miramos los indicadores que se utilizan en el mundo para medir violencia, uno de los principales es la tasa de homicidio cada 100 mil habitantes. ¿Cuáles son los países con menor tasa de homicidio en la región? Bolivia, Cuba y Argentina. Nuestro país para 2022 registró una tasa de homicidio de 4.2, Brasil de 23, Colombia 25.9, y Chile 6.7.” Luego agregó: “Se nos ocurrió cruzar las tasas con las distintas edades de imputabilidad que hay en los países y lo que emerge de este estudio es que mayormente, cuando las edades son más bajas, las tasas son más altas. Los que tienen tasas más altas de homicidio: Panamá, Costa Rica, Brasil, Honduras, tienen la edad de imputabilidad en 12 años. Cuba y Argentina, que tiene el límite en los 16 años, tienen las tasas más bajas.”
Morlachetti afirmó que en Argentina el 0.45% de los menores de 18 años ha estado involucrado en procesos penales, lo cual señala en qué escenario concreto sucede el debate. En este sentido Mary Beloff planteó: “Las propuestas ligadas a la baja de edad de punibilidad buscan reproducir un modelo que ya está comprobado que no funciona. Por supuesto la preocupación en torno a la seguridad es importante. Pero todo lo que pasa por debajo de la edad mínima, con un chico o una chica imputados por un delito, es competencia del derecho público local, de las provincias, porque o bien tiene que ver con los procedimientos, o bien tiene que ver con la protección.”
Beloff se refirió a la potencialidad que implica el trabajo en las provincias: “Esta ‘solución argentina’, poderosísima, es para mí una de las variables que explica cómo hemos logrado en nuestro país evitar la baja de la edad penal. Porque, en rigor, es en las provincias argentinas donde se encuentra la solución correcta de qué es lo que hay que hacer bajo la edad mínima.” Y agregó, sumando contexto, en relación al abordaje que se realiza en otros países que: “En toda Europa continental las edades mínimas son altas como en la Argentina.”
Por su parte Marisa Graham expresó: “Tenemos que poder contar que hay otra manera de abordar el campo de la seguridad, que no es acercando a la niña o al niño al sistema judicial.” La Defensora ejemplificó que existen abordajes virtuosos aludiendo a algunos municipios en donde se trabaja con las y los adolescentes en el marco del sistema de protección. “Cuando una chica o un chico comete un delito en estos municipios, la policía no va ni a la comisaría ni a ningún otro dispositivo de seguridad, sino que busca primero a los organismos de DDHH y de niñez. A partir de allí desde las fiscalías se preguntan por la familia, por la comunidad, por la escuela. Tenemos entonces aquí una respuesta posible a la pregunta sobre ‘qué hacer’.”
En relación a la cuestión presupuestaria la Defensora postuló: “La pregunta del millón es, ¿cuánto le cuestan al Estado estos proyectos concernientes a la baja de edad? Porque hay provincias como La Rioja, San Juan, Salta, que salieron a decir, ‘Miren, yo este problema no lo tengo, tengo déficit cero’. El tema acá es que estos proyectos están hechos desde el puerto, no desde el de Rosario, sino desde el de acá, de Buenos Aires, pensando en el primer y segundo cordón del conurbano, porque el tercero ya tiene otras características. Pero la realidad del país en toda su extensión, es otra.”
A modo de cierre Marisa Graham expresó: “Todas y todos queremos una sociedad con menos violencia, con menos litigiosidad, más segura. También queremos una sociedad más justa, en el término más amplio de la palabra. Por eso trabajamos, por que no haya más privilegios, salvo el de los niños.”